jueves, 9 de agosto de 2012

Un día especial, para alguien especial, de alguien especial...










¿Viste cuando el sol se hermana con la luna, justo a la hora de la salida y de la bruma? Así es ella de hermana, un poco de sol, un poco de luna. Podría describir sus líneas a través de sus ojos, tan frecuentes, tan profundos que no dejan espacio a la duda. Miran y dan calma. Miran y hablan. Se grabó un sinfín de esperanza en sus manos, que la brinda cuando abraza y se amarran a la vida las que estaban perdidas. Es fresca la miel con la que nutre sus deseos, siempre adelante, bailando y demostrando que las mejores canciones siempre son las que vendrán... Sus palabras seguras y sus andadas veloces, son las que hacen hoy, que muchos quieran celebrar sus años. Es de esas mujeres de anécdota, de las que siempre hay algo bueno que contar, de las que hacen que uno, predisponga el corazón con alegría. Son sabrosos los mates a su lado, los problemas se aligeran con su visión como de niña y su fé afilada, siempre invitando a creer y a crecer.
Que bueno es para los que estamos cerca poder subirnos a tus pedales y acompañarte en este viaje. No te había terminado de pensar Dios que ya había cimentado tus principios, por eso no hay viento que te derribe ni palabra lastimosa que te haga retroceder, porque estas parada en la piedra. Desde lejos te buscan los que saben, porque saben que feliz los harás. Él que te tiene atesora para sí, riqueza, vida y alegría.
Festejo este día con vos, y te dedico esas líneas, porque sos alguien especial y estoy convencida que nuestros caminos aun tienen sendas que no transitamos y aún hay lugares a los que nuestras palabras no llegaron. Es nuestra fé, hermana y amiga, la que nos emparenta hoy. Son nuestros deseos, los de ahora y los de antes, los que nos abrazan y nos unen. Te quiero, y en vos quiero todos los sueños que te llaman y te invitan, en estos treinta y uno a ser mas plena que nunca. Adelante, a pedalear, que lo mejor estoy segura ¡Llegará!

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